martes

Aristopop VI (de la Pirámide de Maslow que se escala de manera recursiva)



Supimos trepar por la Pirámide de Maslow –linda- una tarde de verano a solas, para llegar a la rala cúspide dónde, lejos de los tumultuosos ruidos de la masa necesitada, harapienta y llena de celulares inteligentes, encontramos la posibilidad de mirar al Sol de frente y acceder a la plenitud irradiante de nuestra creatividad espontánea, deviniendo simplemente nobles, paladines del ocio curioso, de la autodestrucción creadora de los sueños herejes de un proto-Greenspan envejecido.

Nos encarcelamos, finalmente, en la prisión perpetua de las acciones preventivas para nunca volver a soñar con la Libertad.

Hoy estamos perdidos en un pequeño paraíso just-in-time, hecho a nuestra propia medida, falaz y encantador. Nos amamos de manera fluida entre los barrotes inexistentes de una jaula de hierro que se hizo líquida y que se halla siempre presente en el no-lugar de todos los días. Como presidiarios.



Esperando la santidad ritual del Aguinaldo,

Tuyo siempre,

Te saluda un Fenix de Lenguajes Recursivos,

Un problema que se elude a sí mismo,

Un “innombrable raíz de menos uno”,

Yo.

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